Las plantas
Las Plantas
Nuestra sabia Madre Tierra ha albergado sobre su piel plantas sanadoras desde hace miles
de millones de años. Nuestros ancestros las consumían, las conocían y las respetaban
profundamente. Las plantas son seres vivos llenos de sabiduría ancestral, y cuando las
usamos, consumimos, olemos o aplicamos en nuestro cuerpo, éste reacciona.
Químicamente, somos muy parecidos a las plantas: la hemoglobina de nuestra sangre y la
clorofila sólo difieren en un átomo. La mayor diferencia entre nosotros y ellas es nuestra
inteligencia, la misma que nos ha llevado a estudiar científicamente la naturaleza, a
adueñarnos de todo, a veces faltando el respeto a los animales y a las plantas que nos dan
vida.
Hemos modificado, separado y explotado a la naturaleza creyéndonos superiores gracias a
nuestra inteligencia. Las plantas, en cambio, no tienen inteligencia, pero sí una sabiduría
profunda. Ellas simplemente son, sin preocuparse por nada: si llueve, si hace sol, si hay
sequía o si cambian las estaciones, las plantas lo aceptan y viven sin estrés, sin problemas
emocionales y sin obligaciones. Cuando entran en contacto con nuestro cuerpo, nos
transmiten el único mensaje que conocen: cómo ser y existir en armonía.
Vivimos en una sociedad agitada, cargada de preocupaciones, donde nuestra mente,
órganos y células registran esta desconexión con la realidad como enfermedad,
desbalance, alergias, dolores y otros malestares. Las plantas, aunque no sean seres
inteligentes, son extremadamente sabias. Su sabiduría es compatible con nuestro cuerpo,
ayudándonos a sanar, a sentirnos bien, a nutrirnos y a darnos energía vital.
Existen millones de plantas en la Tierra, algunas curativas, otras tóxicas, y otras que afectan
nuestra psique. Es importante conocerlas y conectarnos con ellas y con el mundo natural en
el que cohabitamos. Aunque estemos rodeados de cemento, plástico y luces artificiales, al
conectarnos con las estaciones, las fases de la luna y los ciclos de la naturaleza,
recordamos de dónde venimos y quiénes somos. Soltamos lo que no necesitamos y
sanamos a nivel corporal, emocional y espiritual.
Las plantas son la base de la cadena alimenticia, capaces de convertir la energía del sol en
alimento y emitir oxígeno, el gas vital que nuestros pulmones absorben para dar vida a
cada una de las trillones de células de nuestro cuerpo. Ni siquiera los animales carnívoros
pueden vivir sin las plantas. Para nosotros, los seres humanos, el oxígeno y el alimento
provienen de ellas. Incluso quienes no disfrutan de vegetales deberían recordar que el pan,
el café y la cerveza son productos de plantas. Más allá de la dieta, el oxígeno que
respiramos nos lo regalan las plantas. Además, muchas poseen propiedades antidepresivas,
relajantes y estimulantes.
¿Has notado cómo al salir a respirar aire fresco cuando estás estresado o triste, te sientes
casi instantáneamente mejor? Existe evidencia científica que confirma cómo el contacto
con la naturaleza mejora el estado de ánimo, la conducta y la condición física de las
personas. Simplemente contemplar las montañas, las nubes, el mar, un árbol o un atardecer
nos hace sentir bien.
La naturaleza, aunque muchas veces nuestro cerebro inteligente no lo perciba, nos
recuerda que todo está en perfecto orden divino. A través de esta formación, te invito a
reconectar con la Tierra, a sanar, soltar y vivir plenamente. Aprende a tomar la vida con
más calma, admirando cómo las estaciones, la luna, las plantas y los aromas influyen en tu
bienestar. Reconéctate con la naturaleza, con tu cuerpo y con tu ser. Recibe la energía,
medicina y sabiduría de la Tierra para mejorar tu calidad de vida y la de tus seres queridos,
tomando decisiones conscientes que disminuyan tu impacto negativo en el aire, las aguas y
la tierra. Honremos, respetemos y agradezcamos a nuestra Madre Tierra y cuidemos de las
próximas generaciones.